viernes, 21 de octubre de 2011

Amor... te estoy buscando?


Como el ciego que no quiere ver
la luz más perfecta del universo;
la hermosa lámpara, nostálgica,
que llena el pecho de emoción.

Ahora me pregunto ¿cómo era el amor?
Que es saber que alguien espera por vos?
Como era el amanecer envuelto en su sabor
en su fragancia y en la pasión?.

Que pensamiento cobarde me impide buscarte?

Como sería volver a tus brazos
y llenarme de vos?.
Como era sufrir, reír, enamorarme
pensando en dos?.

Siendo nada más que vos y yo..

Quien sos? Dónde estás?
Por qué siempre pregunta y pregunta
Mi corazón por vos?!

Serás la clave, tal vez
de esta enigmática vida?.

Si me preguntas hoy...


Si me preguntas...
casi no me acuerdo como fue quererte
porque cada maldición echada
fue matando tu recuerdo.

Como era el sol
que las flores suspiraban.
Como era la luna
como las estrellas brillaban.

Que fue lo que has hecho
o hiciste?
Ya nada queda de aquella
casi mitológica historia.

Ahora que no se si perteneces
o no a ese pasado;
que no se si eras, sos,
si realmente exististe.
Ahora que ya no me importa
                ...si me quisiste.

Que más hacer, que más pedirte?
que más decir?
quién soy o quién fuiste?

Ya nada queda, de aquello.
Solo un ser dichoso de sentir
cada cosa a su alrededor, de vivir.
Ya nada queda
                ...ni siquiera el recuerdo triste.

lunes, 17 de octubre de 2011

Volver a salir


La escala en la que se reproduce
el incierto camino de la vida.
Ese pasillo oscuro que conduce
quizás o no a felicidad.

La andanza de vivir apostando
a lo que nadie pudiera, siquiera pensar.
Como quien esconde la emoción
pero se deja llevar.

La hazaña de la que podrías no regresar;
que te mata, destruye, y te renueva.

Pensando que el amor que maldices
quizás pronto volverá
y ciego como siempre
lo dejaras pasar.

El dolor que te aqueja
quizás no es más que el miedo
de sentir de nuevo
lo que sospechas no volverá.

Hasta que se caigan las paredes
de ese hueco que te oculta,
y veas que el tormento de amor
se ha ido para siempre.

Y al enderezar tu entumido cuerpo
verás al azar que nadie más que vos
escondía la vergüenza
que era de alguien más.