cuando por fin te acercas y me
miras
y me quedo en esa mirada
tan inmensamente perdida.
Eres capaz de cambiar el rumbo
del velero de mi vida
y no me importa el destino
si comparto tu camino.
En el inmenso fuego de pasión
que quema tan dentro
no puedo más que, absurdamente,
intentar evitar ilusionarme...
para luego perderme.
Revoluciones por hora de
pensamientos
que me envuelven en la ansiedad.
Agazapado para salir a buscarte
y otra vez, cansado, me resigno a
esperar.
Y así me sumerjo en sueños
para no volver a salir jamás
Y voy creyendo tontamente
que en tu ausencia
Te olvido más.
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