Quien
quiera oír que oiga
pues mi
corazón esta dispuesto a gritar
pues su
sordera me acongoja
y
avergüenza mi sentir.
Esa
ingrata que me ata
a sus
encantos de mujer
despoja
con su silencio
pocas veces mi querer.
Y si no
me ama que importa
si por
amar me perderé
en el
sinfín de los sueños
y soñando
moriré.
La
ilusión y la esperanza
reviven
al volver
a la
mirada que me lleva
en su
tímido querer.
Y si sus
miedos me acobardan
y agoniza
el corazón
que
atraviesa con el frio
de su
falta de emoción.
Que me
importa que no oiga
lo que mi
alma le susurra
que me
importa si la quiero
y
queriendo soñare.
Mi pasión
que se alimenta
y la
esperanza se agiganta
cuando su
mirada picara sonríe
y le robo
un beso a esa mujer.
Y toda la
tortura de quererla
se
convierte en mi placer
porque
por amor me pierdo
y ya no
puedo volver.
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